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Turismo de ocio en Brasil: excelentes perspectivas y grandes desafíos

por Diogo Canteras - Founding Partner, HotelInvest

La celebración del Mundial de Fútbol y de los Juegos Olímpicos en Brasil en la década de 2010 generó muchas inversiones en la promoción internacional del país y en infraestructura de transporte. Estas inversiones trajeron beneficios y aceleraron la recuperación del turismo nacional.

Sin embargo, el factor que realmente cambió el escenario fue el alza del dólar. Fluctuando alrededor de R$ 2 entre 2006 y 2015, se ha ido apreciando consistentemente desde entonces, llegando a R$ 3 en 2017, R$ 4 en 2019, R$ 5 en 2024 y, finalmente, a los R$ 6 actuales.

Además de la fuerte apreciación de la moneda estadounidense, los años post-Covid han mostrado una gran revalorización en el consumo de experiencias, ocio, entretenimiento, turismo y hospitalidad. Los precios subieron por encima de la inflación en todo el mundo, en varios sectores: billetes de avión, hoteles, gastronomía, espectáculos y excursiones se volvieron mucho más caros.

Las principales consecuencias fueron básicamente dos: los viajes internacionales se volvieron inaccesibles para la mayoría de los brasileños mientras que Brasil como destino se ha vuelto muy competitivo para los extranjeros.

Este proceso, como ya hemos mencionado, ha sido gradual, permitiendo que en los últimos años se pongan en marcha muchas nuevas iniciativas de ocio: posadas de lujo, hoteles boutique, resorts, atracciones turísticas, clubes de playa, restaurantes de alta gama, etc.

En los principales destinos turísticos de Brasil, ya sea en capitales o pequeñas ciudades del interior o del litoral, los cambios son perceptibles. Aeropuertos, hoteles y atracciones llenos de turistas e inversiones realizadas o en proceso de realización.

El gran reto a partir de ahora es garantizar que el crecimiento sea sostenible, combinando esta fuerte expansión económica con la integración de la población local en el proceso de desarrollo y la conservación del medio ambiente. La gestión integral del destino debe ser el nuevo enfoque.